Estaba meditando
junto a la pileta. No me terminaba de decidir si almorzaba o dejaba que el sol
otoñal hiciera su magia. Escuché zumbar el telefonito. Por alguna razón
necesité entrar.
Un mensaje de voz en el WhatsApp.
Así empezó.
O DE MI MENTE. OH, QUÉ MÁS ME DA.
Comentarios
Publicar un comentario