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JUEVES



¿Quiénes somos veinte años después? Creemos en la identidad, la permanencia. Nos engañamos, como si el envejecimiento solo fuera externo. ¿Cuántos máscaras acumulamos? ¿Cuántas ondas en el estanque?

Se bajó del auto. El mismo flequillo. Las arrugas en los ojos amplificaban la intensidad de su mirada. Intentó una sonrisa. Esa que pone estrellas en los contornos. De regalo me trajo una pipa. Me dio apuro decirle que lo que no lograron los médicos lo consiguió una neumonía.

Y además me regaló su último libro: “Otra aproximación a los trastornos percepto-cognitivos”. Mi doctorcita era una reconocida especialista en su campo. Con pudor me mostró que la obra estaba dedicada a mí.


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